Todo son ventajas:
- Asesoramiento personalizado de las mejores opciones: una correduría de seguros está obligada a analizar al menos tres ofertas antes de presentar aquella que mejor se ajuste al cliente, y debemos presentar el análisis objetivo realizado si este lo solicita.
- Acudir a una correduría supone un ahorro de tiempo y dinero. No solo nos encargamos de comparar diferentes ofertas sino que, además, solemos ofrecer descuentos negociados con las aseguradoras a los que no se puede tener acceso contratando directamente con estas.
- Un aspecto característico de las corredurías es que nos encargamos de defender a nuestros clientes frente a las compañías aseguradoras. Somos la voz del asegurado a la hora de tramitar los siniestros, agilizar los cobros de las prestaciones y velar por sus derechos como consumidor.
- Gestión central de todos los trámites: ejecución y renovación de contratos, aporte de argumentos técnicos, tramitaciones con las compañías aseguradoras… La correduría de seguros asiste de manera permanente a su cliente a lo largo de toda la vida del contrato.
- Garantía de independencia y objetividad ya nunca puede existir una relación contractual entre una correduría y una entidad aseguradora. De esta forma el cliente puede estar seguro de que el juicio de sus profesionales no está afectado por intereses de ningún tipo.
- Atención al cliente cercana e individualizada: las corredurías cuentan con un departamento de atención al cliente -bien propio o externalizado- que se encarga de resolver quejas y reclamaciones de nuestros clientes.
- Amplia gama de ofertas gracias a la posibilidad de trabajar con muchas compañías y una gran variedad de productos.
- El servicio post-venta es otra de las funciones básicas de una correduría, encargándose de revisar periódicamente las coberturas de la póliza para asegurar que estas se siguen ajustando a las necesidades del asegurado.